Sangre y Arena

El libro

Esta novela corta es una adaptación de una novela que en su versión original también se llama Sangre y Arena. Esa novela ha escrito de Blasco Ibañez en 1908. La adaptación es por el nivel intermedio del aprendizaje y ha hecho par R. Ezquerra Guereña. Sangre y Arena es una novela de Ibañez caracterizó en el grupo &laqno;psicológicas». Otros grupos son las novelas sociales y las novelas valencianas.

El escritor

Blasco Ibañez pertenecía a una familia acomodada de Valencia. Gran observador de la vida y las costumbres de su época, conoció muy bien la vida y las ideas de las clases altas de las ciudades españoles de provincia. Era escritor con gran éxito en su tiempo. Frecuentemente, en sus novelas, criticó a instituciones importantes, como la Iglesia Católica, o a grupos sociales, como la burguesías provincianas. Partido en la política y fue eligido diputado por el Partido Republicana Federalista.

El cuento de marco

El argumento cuento la vida de un torero Juan Gallardo, un hijo de un zapatero remendón del barrio la Feria en Sevilla. El cuento de marco describe su jovenud, la adolescencia con los comienzos como novillero, el descubrimiento y el éxito como un de los más grandes toreros de la época. En el final de aventura Juan Gallardo muerte en las plaza de Toros en Madrid.

La jovenud y la adolescencia

Cuando murió su padre, la madre señora Angustias tuvo que trabajar en las casas más acomodadas del barrio, coser para las vecinas y prestar todo tipo de servicios. Juanito sacó de la escuela a los doce años y entró a trabajar de aprendiz con un conocido zapatero. Pero Juanito estaba más interesado por los toros y los toreros que por los zapatos. La adolescencia de Juanito transcurrió entre conversaciones de toros y viajes a pueblos para participar en capeas, donde los jóvenes no profesionales se divirtieran con toros viejos. Si el publico estaba contento, recibían algunas monedas.

El grande matador de toros

El mundo de los toros y de los toreros es bien describe en la novela. Le describe la profesionalidad de Juan Gallardo con maletas, cajas y el arte de matar el toro con la espada. Con el éxito se acompañaba la asensión social. Fue tolerado por la aristocracia de Sevilla y gañaba mucho dinero. Se cansaba con una compañera de infancia Carmen. Juan Gallardo dio una sorpresa a su mujer y su madre a los cuatro años de matrimonio. Adquiró un cortijo grande que sa llamaba &laqno;La Rinconada», con tierras, olivares, molinos y rebaños; un cortijo igual que los señores ricos de Sevilla.

La fruta amargo del éxito

Juan Gallardo no es contento con su familia y el éxito de ser el primer toreador. Siempre tenía que demonstrar que él no es peor que la aristrocracia. Encontró con una mujer alta, esbelta, de belleza sorprendente, con vestidos brillantes. Es &laqno;la Embajada», una sobrina del marqués de Moraima. Logró por algún tiempo la tener como amante. También logró de ser acceptado como miembro de un club aristrocrático, pero no comprendió Gallardo porque la riqueza no le ha sido realmente respetado. Gallardo fue participante de la cofradía de los señores importantes que fureon procesiones en la Semana Santa. Gallardo cesó de volver a casa con su familia, a pesar de que Carmen su mujer le quería que el toreador se retirara a Sevilla o a La Rinconada. Pero él no nunca deseaba retirarse.

La última corrida

Encontró con la Embajada durante la corrida en Madrid. La Embajada le contestaba que ella ha tenido un nuevo amante, un príncipe de India, hermoso, joven y rico. El toreador fue demasiado herido. La corrida siguiente fue mal por Gallardo. Con el primer toro las cosas fueron bien con el capote y con la muleta. Pero fue mal con la espada. Esraba muy mal colocada. El toro sufría y el público empezaba a insultarle. Con el segundo toro, cuando llegó el momento de muerte y se tuvo que poner firme, Gallardo había perdido la seguridad en sí mismo. Cuando levantado la espada, el toro se levantó brevemente del suelo el cuerpo del hombre, cogido en los cuernos. Llegaron los médocos y descubrieron una gran herida en el vientre. Gallardo ya no respiraba.

/ Olov Bergqvist